もっと詳しく

Si había alguien que reinaba en el corazón de la reina Isabel II, eran varios: sus perros. Los chefs reales elaboraban su menú. Tenían psicólogo y alguien que escribía sus hazañas. Dormían en cestas de mimbre acolchadas y hasta tenían su propio calcetín en Navidad. Siempre estaban ahí, junto a ella. La reina, en concreto, estaba enamorada de los corgis. Fue dueña de más de 30 de ellos a lo largo de los años, la mayoría descienden de Susan, la perrita que le regalaron cuando cumplió los 18 años. Robert Lacey, historiador de la realeza, señala: “Los corgis estaban a su lado, al igual que todas p…